El declive del concepto de espacio abierto en las oficinas modernas: explorando las razones detrás del cambio y la evolución hacia entornos laborales más flexibles y personalizados que satisfacen las necesidades de productividad, privacidad y bienestar de los empleados en un mundo laboral en constante transformación, donde las empresas buscan equilibrar colaboración y concentración en espacios que promuevan la innovación sin sacrificar el confort y la salud mental de sus equipos
Durante las últimas décadas, el concepto de “open space” o espacios abiertos en las oficinas se popularizó como una solución eficiente para promover la colaboración, reducir costos y fomentar un ambiente dinámico y transparente. Sin embargo, en los últimos años, muchas empresas están replanteando este enfoque y apostando por nuevas configuraciones que priorizan el bienestar y las necesidades individuales de sus empleados. ¿Qué ha motivado este cambio y qué alternativas están emergiendo en la arquitectura y diseño de entornos laborales?
Razones del declive del open space
Una de las principales razones que ha impulsado a las organizaciones a abandonar los espacios abiertos es el aumento de las preocupaciones relacionadas con la salud mental y el bienestar de los empleados. Diversos estudios han señalado que el ruido, las interrupciones constantes y la falta de privacidad en estos entornos pueden generar estrés, disminución de la concentración y sensación de agotamiento. La hiperconectividad y la demanda de productividad, sumadas al típico caos de las oficinas abiertas, han hecho que muchos empleados sientan que su capacidad para enfocarse y crear en esas condiciones varía significativamente.
Por otro lado, el contexto posterior a la pandemia de COVID-19 también ha cambiado las prioridades en los espacios laborales. La necesidad de mantener la distancia social, reducir la densidad en las oficinas y proporcionar ambientes más seguros ha puesto en duda la viabilidad de los antiguos espacios abiertos. Además, el trabajo remoto y híbrido ha demostrado que muchas tareas pueden realizarse de manera efectiva desde casa o en lugares flexibles, desafiando la idea de que la oficina siempre debe ser un espacio físico único y compartido.
Finalmente, está la cuestión de la productividad y la innovación. Muchas empresas han constatado que, si bien la colaboración espontánea puede ser valiosa, la creatividad y la concentración también requieren momentos de aislamiento o espacios diseñados específicamente para ciertas tareas. La tendencia hacia ambientes que fomenten la especialización en diferentes áreas ha llevado a un rediseño que busca equilibrar estos aspectos.
¿Qué está reemplazando al open space?
En respuesta a estos desafíos, el mercado y las organizaciones están apostando por nuevos modelos de espacios de trabajo que ofrecen mayor flexibilidad y personalización. Entre las tendencias más destacadas, se encuentran:
1. Entornos híbridos y flexibles
Las oficinas ya no son solo lugares de presencia obligatoria, sino más bien puntos de encuentro y colaboración. Los modelos híbridos permiten a los empleados alternar entre trabajo en casa y en la oficina, adaptándose a sus necesidades diarias. La oficina, en este caso, se convierte en un espacio de interacción social, reuniones y actividades colaborativas, más que en un puesto de trabajo fijo.
2. Espacios diferenciados para tareas específicas
En lugar del clásico open space, muchas empresas están diseñando oficinas con zonas claramente delimitadas para diferentes funciones: áreas de concentración tranquila, salas de reuniones, espacios creativos, zonas de descanso y áreas informales para socializar. Estos ambientes permiten a cada trabajador escoger el entorno que mejor se adapte a la tarea en cuestión, promoviendo mayor eficiencia y bienestar.
3. Tecnologías que facilitan la colaboración y el trabajo remoto
El uso de plataformas digitales, videollamadas, espacios de coworking virtual, y sistemas de reservación de salas y recursos, hacen posible que el trabajo en equipo no dependa del espacio físico. Las tecnologías están ayudando a crear una cultura de trabajo más adaptable, donde la presencia física en la oficina es complementaria a la productividad en entornos remotos o híbridos.
4. Diseño centrado en el bienestar y la salud
Cada vez más, las empresas están considerando en el diseño de sus espacios aspectos como la ergonomía, la ventilación, la iluminación natural, y áreas de bienestar físico y mental. La incorporación de plantas, zonas de descanso, y espacios para actividades de mindfulness son ejemplos de cómo se prioriza la salud mental y el equilibrio emocional de los colaboradores.
Conclusión
El “open space” tradicional, aunque en su momento fue una innovadora respuesta a las necesidades de colaboración y eficiencia, hoy en día se ha visto enfrentado a nuevas demandas relacionadas con la salud, el bienestar, y la flexibilidad. La tendencia actual apunta a crear entornos laborales más adaptables, humanos y centrados en el individuo, que permitan a los trabajadores mantener la productividad sin sacrificar su confort y salud mental.
Estas nuevas estructuras no solo favorecen la satisfacción y el compromiso de los empleados, sino que también fortalecen la cultura organizacional, fomentando la innovación, la creatividad y la colaboración genuina en espacios que respetan los ritmos y estilos de trabajo diversos. En un mundo en constante cambio, la clave está en encontrar ese equilibrio entre colaboración y concentración, entre presencia física y virtual, para construir oficinas más sostenibles, saludables y enriquecedoras para todos los miembros de la organización.